Como uno de
nuestros objetivos es difundir las instituciones y el funcionamiento de Europa,
nos hemos desplazado a Barcelona, a la sede de la Comisión en el Paseo de
Gracia, para charlar con D. Joaquín
Almunia. Vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de competitividad.
Una conversación en la que vamos a intentar descubriros como es el español más
influyente de la Unión.
¿Quién es
Joaquín Almunia?
.Actualmente
soy vicepresidente de la UE ,
encargado de la política de Competencia. Llevo en la Comisión europea 9 años.
Llegué para sustituir a Pedro Solbes y soy un político español con muchos años
a mi espalda de plena actividad política como miembro del Partido Socialista.
Los
mercados europeos son muy volátiles, dependemos de agencias de calificación no
europeas y países como Italia, con poca deuda sobre el PIB y poco endeudamiento
privado, sufren los embates del mercado.
¿Usted cree que se podría conseguir una Europa con tanta dependencia
financiera y tan poca soberanía financiera?
Los países
que forman la UE
deberían compartir más su soberanía. Todavía tenemos en Europa demasiada soberanía nacional y poca
voluntad de compartir soberanía a escala de la unión como para poder defender
nuestros intereses en un mundo global, ser eficaces, mantener nuestro modelo
social y dar empleo a la gente. Siempre he creído, y como están las cosas ahora
aún más, que la solución de Europa pasa por una mayor integración política y
económica
¿Qué cree
que falla en los mecanismos de gestión económica y fiscal de la Europa común para que no
sea capaz de solucionar algunos problemas actuales como el paro o la crisis?
De los 27
países europeos, la mitad tienen unas cifras de paro no más altas que las que
tenían antes de la crisis, por lo tanto lo que falla es que no somos capaces de
actuar en común para salir todos beneficiados y para resolver los problemas de
los que más estamos sufriendo la crisis. No creo que la cuestión sea echar la
culpa a Europa, si no preguntarnos por qué no somos capaces de obtener todas
las ventajas actuando juntos como europeos.
¿Cómo cree
usted que afecta a la competencia en el mercado europeo financiero la
intervención del gobierno español en las cajas de ahorros, como la
nacionalización de Caixa Nova o la de Bankia?
En algunas
cajas de ahorros españolas ha habido problemas que se han puesto de manifiesto
durante la crisis, y el hecho de que el dinero de los contribuyentes se utilice
para reestructurar una entidad financiera tiene sus consecuencias siempre.
¿Y por qué
otro tipo de empresas, como la papelera cántabra Sniace, que ha sufrido grandes
dificultades por los nuevos impuestos sobre la energía y que está realizando
grandes inversiones para mejorar su eficiencia, no son nacionalizadas?
El problema
es que si un banco cae, todo el sistema bancario sufre, porque está basado en
la confianza de sus clientes. Si una papelera, por ejemplo, desaparece porque
no es viable, el resto de sus competidores se alegra ya que tienen más mercado
para ellos. En el sistema financiero ocurre lo contrario.
Ha habido
necesidad de acudir a dinero público para salvar entidades financieras que en
el caso de haber caído en bancarrota hubieran creado una crisis en el sector.
Hay que tratar de evitar la utilización del dinero de los contribuyentes, pero
a veces no queda más remedio, como en el inicio de esta crisis. Ahora se va a
recurrir menos, se adoptarán medidas de recuperación y de supervisión que harán
que el coste de las crisis lo paguen los accionistas, acreedores y
obligacionistas, utilizando sólo en última instancia el dinero de los
contribuyentes.
España ha
presentado un déficit del 6'74%. Teniendo en cuenta que hay algunas
circunstancias como que el gobierno español devuelve cada vez menos IVA a las
empresas y por tanto está embolsando un dinero que no es propio, ¿Va producirse
una corrección por parte de la comisión en las cuentas españolas?
Se está
analizando qué ha hecho España en el año anterior, si ha cumplido los
compromisos adquiridos para reducir el déficit. Se ha comprobado que las
comunidades y el gobierno central han cumplido. Teniendo en cuenta que la
recesión económica española es mayor que la prevista y las medidas adoptadas como la
reestructuración del sistema financiero, la comisión tiene pensado presentar
una propuesta a los estados miembros de la zona euro para flexibilizar y aligerar
el calendario de ajuste presupuestario español.
Es
evidente que la construcción europea necesita de partidos fuertes y que
representen a la ciudadanía. ¿Cómo cree que se puede recomponer la fortaleza y
el vínculo social del PSOE?
(se ríe) El
PSOE se está intentando recuperar de una derrota electoral fuerte, precedida de
malos resultados en las últimas elecciones autonómicas y municipales. A un
partido político le cuesta recuperarse y más en una situación tan difícil como
la que estamos viviendo donde hay una crisis económica y donde las políticas que hay que llevar a cabo
para salir de la crisis no son políticas populares ni ayudan a ganar votos. El
PSOE es un partido que tiene vocación de gobierno y responsabilidad y que no se
puede permitir el lujo de la demagogia o del populismo. Somos un partido que ha
pasado por situaciones mucho más difíciles, y creo que se recuperará, volverá a
ganar las elecciones y será el que presente mejores propuestas de progreso.
Tras esta
crisis, tras tanto recorte y con tanto joven fuera del mercado y el
protagonismo, ¿Qué cree usted que quedará de la Europa social?
Europa
nunca ha tenido a escala de la unión políticas sociales muy fuertes. El modelo
social europeo, el estado de bienestar y sus estrategias son nacionales. Se
verá en el futuro, hoy se debate la necesidad de estas políticas de dimensión
social que la crisis pone de manifiesto.
Hay que ser
sinceros, en 60 años de historia, las políticas han sido nacionales.
¿En un
futuro cercano?
Una
economía frágil y desequilibrada con endeudamiento creciente y problemas de recesión, no es capaz de
financiar una política social deseada. Arreglar la economía y reforzar las
políticas sociales son dos cara de la misma moneda.
¿Cuánto
muere de la idea de Europa con cada desahucio y con cada parado?
Europa es
la solución a esos problemas: menos nacionalismo, menos tentaciones de poner la
prioridades de cada país por encima del conjunto europeo, más toma de
decisiones conjuntas...Con esto estaremos más cerca de realizar una política de
empleo para los más jóvenes y de tener la capacidad para garantizar a los
ciudadanos derechos tan esenciales como el de la vivienda.
¿Es
posible mantener la estructura de una Europa común y una Europa de las regiones
y de estados?
Las
regiones son una realidad más evidente en algunos países como España o
Alemania. En otros países donde el regionalismo es mucho menos significativo en
términos políticos. Las regiones ejecutan políticas europeas, tienen más
capacidad legislativa, hacen oír su voz en Europa pero no es imaginable una
tercera cámara de las regiones.
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